En sus novelas más recientes, la detective tiene
un conocimiento absoluto de la tecnología, pero, como sucede en "Red
Mist", la historia "ya no se basa tanto en la tecnología como en lo
que piensa Scarpetta".
Si Cornwell está considerada una precursora de
series televisivas como "CSI", "Bones" o
"Dexter", también ha sido pionera en cierta reivindicación feminista
del género negro.
"Brindo las mismas oportunidades a todos los
empleados, también a las mujeres malvadas" y añade: "El común
denominador de la maldad no es el género, sino la situación de abuso de poder y
en eso las mujeres no están libres de culpa".
En un intento de teorizar sobre el género de la
maldad, la autora de "La jota de corazones" o "Punto de
partida" comenta: "el asesino masculino es más violento desde un
punto de vista físico, pero la asesina suele utilizar otros métodos más crueles
como el envenenamiento. Las mujeres malvadas son peores porque son más
inteligentes y sabemos cómo hacer sufrir más".
Ha revelado que es una "mala lectora" de
novela negra, por miedo a que influya en su estilo, y en cambio sus lecturas se
dirigen a "biografías, a gran literatura como Hemingway o a gran poesía
como Lorca".