viernes, 16 de marzo de 2012

¡Salud, Vallejo!

Viscely Zarzosa

“Dios mí estoy llorando el ser que vivo/ me pesa haber tomádote tu pan”, “Yo nací un día/ que Dios estuvo enfermo”, "Hay golpes en la vida, tan fuertes...Yo no sé". Estos versos nos hacen conocido por su voz humanista en nuestros oídos. El hombre abstracto dio a tratar su poesía como un discurso personal, difícil de interpretar, pero mostró su rigor lírico y su estro expresivo como símbolo de sus desventuras y desdichos, pero también el amor fraterno de sus alrededores, tanto familiar como identidad de su pueblo.

Nos referimos al gran César Vallejo, quién hoy en sus 120 años de su nacimiento, el Perú entero rinde homenaje con gozo memorable en actividades y eventos culturales en diferentes instituciones y entidades públicas y privadas. Y hoy queremos dar una introducción a la importante trayectoria del conocido poeta como un cantar a su memoria de oro.

El autor de los “Heraldos negros” nació un 16 de marzo de 1892,  en la sierra de La libertad (Santiago de Chuco). Hablar de su vida es aceptar la realidad peruana sobre todo los problemas sociales como la explotación de la población indígena, la falta de recursos, etc. Vallejo tuvo que abandonar su tierra natal para estudiar letras en la Universidad Nacional Mayor San Marcos; luego, se desempeñó como profesor de primaria. Después, viajó a París, donde sufrió hambre y pobreza; fue testigo de la guerra civil de España, que luego lo plasmó en su obra “España, aparta de mí este cáliz”. 

El conocido poeta universal fue el primer vanguardista que se adelantó a los demás. Su poesía no fue muy leída cuanto estaba vivo y, lo peor, fue criticado duramente por figuras ilustres importantes del ámbito literario. Era de esperarse de lo acontecido, pues, el  mundo experimentaba el reciente proceso del modernismo al vanguardismo. Los rasgos vanguardistas se ven reflejados en su poemario “Trilce”, que fue escrita cuando permaneció encarcelado injustamente durante más de tres meses.

Su desempeño no sólo alcanzó la poesía; sino, abordó la narrativa como la novela, el cuento, el ensayo, el artículo periodístico y el teatro. Hay que resaltar su famoso cuento “Paco Yunque”, que hoy en día es plan lector obligado en los alumnos de primaria en todo el país. También, mencionar su novela “El Tungsteno” (publicada en España), que da a conocer la desigualdad y el conflicto en una mina donde él  trabajó.

Descubrir a Vallejo es socavar el dolor profundo, levantar la mirada taciturna, gritar en el silencio una voz de protesta y sufrimiento y, porqué no, el humor combinado con lágrimas. Son tantos los poetas nacionales y latinoamericanos que siguen sus pasos y lo enfatizan como paradigma de la poesía universal, y no olvidar un mar de estudios de intelectuales sobre el nobel poeta. Una vez, Mario Vargas Llosa afirmó que le  daba vergüenza recibir el Premio Nobel, ya que este premio lo merecieron otros importantes escritores como Borges pero también, aclaró que Vallejo estuvo a la altura de lograr tan importante galardón.

Una vez más celebramos el cumpleaños de nuestro hermano poeta. ¡Salud, Vallejo!