Sin ninguna duda, César Vallejo se ha vuelto paradigma en la poesía latinoamericana. Un claro ejemplo es la revista "Trilce", nombre del inmortal poemario de Vallejo. Al igual con Pablo Neruda y el poeta peruano se han vuelto una obligada influencia en la poesía chilena.
En la reciente culminada feria internacional de libro de Lima, se dio a conocer varios escritores y poetas y uno de los más resaltantes fue Omar Lara que se mostró satisfecho en su visita por la capital limeña y también índico sobre su labor literaria.
¿Por qué prefirió llamar a su revista de poesía:
creación y reflexión Trilce?
–La revista nació con el Grupo de Poesía Trilce,
que fundé en 1964, en Valdivia. Años antes había descubierto a Vallejo, con
algunos compañeros de estudio. Leerlo y deslumbrarnos fue una sola cosa. De ahí
que, sin titubear un segundo, decidí que el nombre para el grupo y para la
revista debía ser Trilce.
¿Cuál es la opinión de la tradición literaria
chilena con respecto a César Vallejo?
–Todos somos tributarios de la poesía de Vallejo,
así como de otros grandes exponentes de la poesía del continente. De Vallejo
más que nadie, seguramente. Vallejo y Neruda han marcado buena parte de la
poesía chilena y el peruano es siempre una figura en descubrimiento.
Con cerca de cinco décadas en el ejercicio
poético, ¿qué es la poesía para Omar Lara?
–Una manera de intentar comprender algunas cosas.
Un modo de vivir –y morir– sin haber dejado de expresar mi asombro, mi
perplejidad, mi deslumbramiento y mi amor.
Derrotero latinoamericano
¿La modernidad de la lírica empieza con Huidobro y
Neruda?
–Las notas de vanguardia y modernidad son fuertes
con el ganador del Nobel Pablo Neruda y Vicente
Huidobro, pero no hay que olvidar a Gabriela Mistral ni a Pablo de
Rokha. Ni a poetas coetáneos con los mencionados
como Humberto Díaz-Casanueva y Rosamel del Valle, quienes también aportaron lo
suyo. Por otra parte, alguien dijo que las épocas son transhistóricas y en
algún momento se hacen contemporáneas.
¿Usted es de la Generación de poetas de 1960, que
en Hispanoamérica prefirió el discurso anglosajón. ¿Usted prefirió esa
tendencia para expresarse poéticamente?
–La verdad es que nunca lo he pensado así. Es
decir, cuando empezamos nuestro ejercicio de escritura, en el cual estamos
empezando siempre, nunca nos propusimos, por lo menos en mi caso, establecernos
en una determinada escuela o tendencia. En Chile, por lo menos, fuimos muy
marcados por un ideario poético latinoamericano aunque, indirectamente, nos
llegaba fuerte la pulsación de la poesía surrealista o de otras vanguardias
europeas. Pero nos interesaba lo que ocurría en el continente, lo que pasaba
con autores como César Vallejo, Pablo Neruda, con Pablo de Rokha, entre otros.
Libros destacados
_Oh, buenas maneras, 1975 (Premio Casa de las
Américas).
_Crónicas del Reyno de Chile, 1976 editado en
Bucarest.
_Cuaderno de Soyda, Editorial Tiempo, Santiago,
1991.
_Bienvenidas calles del Perú, 2001, editado en el
Perú.
_Historias de Micutza, cuentos infantiles, 2006.
_Vida, toma mi mano, 2009.
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