Desde el Borges jocoso y malévolo hasta el tímido
y procaz. Y el que cosechó enorme reconocimiento por su obra y fracasos con las
mujeres. Todos esos rasgos del escritor argentino se reúnen en los centenares
de anécdotas recopiladas en 'El otro Borges'.
Ningún escritor de lengua española protagonizó
tantas anécdotas, apunta su autor Mario Paoletti, quien suma un original aporte
a la bibliografía sobre Jorge Luis Borges. En el "anecdotario
completo" publicado recientemente por Emecé "aparece sobre todo el Borges
de entrecasa, el más cotidiano, el que conocieron sus amigos más íntimos",
explica.
En la primera anécdota, un lector español se
indigna porque Borges admite que nunca vio al famoso aleph del cuento homónimo.
"Y me despreció inmediatamente; se dio cuenta de que yo era un embustero,
un mero literato", relata el escritor. "Retrata a Borges de cuerpo
entero, porque une su socarronería con cierto complejo de impostor que lo
acompañó toda la vida", indica Paoletti.
El cuentista, poeta y ensayista (1899-1986) no
puede evitar reflexionar acerca de su gran pasión, la literatura. "Una
novela en la que el autor dedica tres páginas, por ejemplo, para describir lo
que hay en una mesa, es un error", analiza el autor que trazó un
particular universo literario habitado por espejos, laberintos, bibliotecas y
tiempos circulares.
En una de las 333 anécdotas -citadas por amigos y
conocidos casuales, colegas, ex novias y periodistas-, Borges señala con
picardía que "la utilidad de los movimientos literarios es que nos libran
de muchos escritores (...) Hay demasiados escritores y debemos suprimir el
mayor número posible".
Desde las páginas de 'El otro Borges', destacados
autores latinoamericanos se refieren al escritor que quedó ciego por una
enfermedad congénita. Entre ellos, el mexicano Carlos Fuentes<, los Premios
Nobel de Literatura chileno Pablo Neruda y mexicano Octavio Paz, así como el
gran amigo de Borges Adolfo Bioy Casares y otro gigante de las letras
argentinas, Julio Cortázar.
Neruda considera que Borges "no entiende nada
de lo que está ocurriendo en el mundo moderno, y creo que yo tampoco. Por
tanto, estamos de acuerdo". A su turno, Paz opina que "siempre, en
sus aciertos y en sus errores, fue coherente consigo mismo, y honrado. Nunca
mintió ni justificó el mal a sabiendas, como lo han hecho muchos de sus amigos
y detractores".
En tanto, Fuentes revela que desde que compró por
primera vez un libro del autor de 'El Aleph', su vida cambió. "Borges me
devolvió todos mis sueños en español con tal intensidad que decidí (...) que
sería escritor en lengua española".
Bioy, compañero de Borges en innumerables
aventuras literarias, dictamina: "Toda colaboración con él equivalía a
años de trabajo". El autor de 'La invención de Morel', importante fuente
de las anécdotas, también señala que de alguna manera la vida de su amigo
íntimo "había sido una larga conversación".
Por su parte, Cortázar destaca que Borges le
enseñó a eliminar "todos los floripondios, todas las repeticiones, los
puntos suspensivos, los signos de exclamación inútiles, y eso que todavía
existe en mucha mala literatura y que consiste en decir en una página lo que
tan bien se puede decir en una línea".
La viuda de Borges, María Kodama reseña un
reencuentro entre ambos en el madrileño Museo del Prado. Pese a que el autor de
'Ficciones' había realizado declaraciones no muy amables sobre la posición
política de Cortázar, éste le recordó entonces su generosidad cuando le llevó
su primer cuento y Borges rio y replicó: "No me equivoqué, fui
profético".
"Muchos cuestionaron su argentinidad"
La idea del libro nació justamente durante una
comida en un congreso de escritores en Murcia, cuando se comenzaron a contar
anécdotas de Borges. "Resultó que todos conocíamos dos o tres. Entonces
Mario Vargas Llosa dijo que alguien debería sistematizar las anécdotas de
Borges en un libro", rememora Paoletti, quien ha publicado novela, relato,
poesía y ensayo.
Con su mujer Pilar Bravo reunió el material
durante diez años de investigación, de la que también surgió una biografía
titulada 'Las novias de Borges', que aparecerá este mismo año. Paoletti publicó
previamente junto con Bravo 'Borges verbal' (1999), un diccionario de
definiciones tomadas de las múltiples entrevistas que el escritor concedió
durante sus últimos años.
Su más reciente libro también permite una
interesante constatación, sostiene el escritor porteño desde Toledo, donde
dirige el Centro de Estudios Internacionales de la Fundación Ortega y
Gasset-Marañón. "El humor de este hombre, al que muchos cuestionaron su
argentinidad por diversas razones, es de una indisputable estirpe
argentina", asevera Paoletti.
"Borges practicaba permanentemente lo que se
ha dado en llamar entre los porteños la 'cachada', que es una forma de burla
ingeniosa e irritante, por la cual los habitantes de Buenos Aires son conocidos
en todo el mundo hispanohablante", agrega. Por ejemplo, al preguntársele
como se llevaba con su cuñado Guillermo de Torre, Borges responde: "Muy
bien. Yo no lo veo y él no me oye".
El ganador del Premio Cervantes en 1979 también
refiere que una vez que lo fueron a visitar a su casa unas estudiantes, les
explicó que Borges había salido y que él era Manuel Mujica Lainez. "Les
dije eso porque estaba contento, en un impulso por decir disparates".
Asimismo, el escritor que sufrió diversos amores
no correspondidos admite que siempre se ha enamorado de "mujeres un poco
tontas", porque "la inteligencia es siempre comprensible, pero en la
estupidez hay un misterio que resulta atrayente".
Borges, que sabía que sus declaraciones solían
causar irritación, también considera necesario relativizar sus dichos: "Me
he burlado de muchas cosas y siempre sin maldad. Lo que pasa es que la gente me
toma demasiado en serio". (recogida de Elmundo.com).
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