En 1953, cuando José Saramago tenía 31 años “y todos los sueños
a punto”, envió el manuscrito de Claraboya a una editorial, que no le respondió
hasta 40 años más tarde. Ahora sale a la luz esta novela que su autor se negó a
publicar mientras él viviera y que es “la puerta de entrada” a su universo
literario.
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